Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Unos padres atípicos

La Tate Gallery de Londres y el Instituto Courtauld acaban de inaugurar sendas exposiciones dedicadas a Vanessa Bell, Roger Fry y Duncan Grant, los pintores que, junto a escritores como Virginia Woolf o Lytton Strachey, conformaron el grupo de Bloomsbury. Considerados ellos mismos como los portavoces del arte moderno en la primera década de este siglo, la visión actual de su obra sirve para conocer mejor la historia de un grupo de intelectuales y artistas que retaron las estrictas reglas sociales y estéticas de la Inglaterra victoriana. Junto a los cuadros se exhiben prototipos de muebles, papeles decorativos, cerámica y textiles salidos de Omega, el taller impulsado por Fry y en el que trabajaron Bell y Grant.

Angelica Garnett, la única superviviente de los descendientes directos del círculo original de Bloombsbury, abandonó su refugio francés para inaugurar, el pasado jueves, la retrospectiva dedicada a sus padres y a Roger Fry, que permanecerá y revivirá, una vez más, su turbulento pasado.Hija de los artistas Vanessa Bell y Duncan Grant, la ahora anciana de ochenta años vivió su juventud creyendo que el crítico y también pintor Clive Bell era su padre. Poco después se casó con David Garnett, escritor y amante del pintor, y forma pareja actualmente con un modelo que posó para su padre natural.

"Entre los más íntimos, mi nacimiento fue un secreto compartido", escribe Angelica Garnett en sus memorias, "Yo fui la única que permaneció en la oscuridad".

Y días antes de la inauguración de la muestra escribió una dolorosa misiva respecto a la falta de coraje de sus progenitores: "Existían amontonados como hormigas, en una torre de marfil. No se expusieron a las complicaciones de la vida y permanecieron bloqueados de la realidad. Simplemente, no vivieron".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de noviembre de 1999