La insinuación del señor Ruiz-Gallardón de que el origen de posturas a favor de la jornada escolar continuada pudiera ser la búsqueda de sobresueldos por parte de los profesores es insultante, ofensiva y corta de raíz el posible respeto que yo pudiera sentir hacia su inteligencia.Ese señor ha de saber que, en las elecciones del 96, su partido incluía para la docencia la opción a la media jornada laboral, medida que despertó vivo interés en mí, pues, aun sabiendo que era mero programa electoral, con el pedazo de despiste que el PP puso al frente del Ministerio de Educación, llegué a concebir la esperanza de que el sueño de compartir trabajo y sueldo con tanta juventud en paro se cumpliera.
En Alemania (país al que miramos cuando nos interesa), la media jornada laboral funciona desde tiempo remotos, y el horario de jornada continuada lo mismo. Por el contrario, el mismo número de horas para criaturas de tres años que para las de 14 o un horario como el mío: artística antes del recreo y por la tarde dos sesiones seguidas de inglés, sería sencillamente inconcebible.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de noviembre de 1999