Hoy mi estado de ánimo y el de mi familia es de alegría y de paz al haberse producido, después de casi nueve meses, la liberación en Colombia de Marcos Gallego y sus compañeros José Luis García y Ammar Sualmy.Me dirijo a usted en estos momentos para agracecer públicamente su colaboración a través de esta sección, al haber publicado las cartas que le he dirigido en referencia a este tema. No se puede imaginar el consuelo que nos ha producido el ver que nuestro sentimiento de dolor e impotencia lo podíamos hacer público y que lo compartiesen los lectores.
Quiero agradecer desde aquí la labor que ha desempeñado la Embajada de España en Colombia y muy especialmente al señor embajador, don Yago Pico de Coaña, así como a los sindicatos UGT y CCOO, que han sido una pieza fundamental para que este secuestro tuviera un final feliz.
También aprovecho este momento para decirles a las familias de los dos españoles que aún permanecen secuestrados por las FARC que deseamos de corazón que su sufrimiento termine lo antes posible y que no pierdan nunca la esperanza.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de noviembre de 1999