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Falta de seguridad

El déficit de seguridad que sufre la comisaria de la Gavidia en Sevilla es evidente. No existe en la entrada al edificio un detector de metales ni un escáner para controlar la introducción de explosivos o armas en bolsas o maletas. Un solo agente se ve desbordado para vigilar la marea de decenas de ciudadanos que entran y salen para renovar documentos, presentar denuncias o conseguir un permiso de extranjería, y a la vez, tiene que rellenar varios formularios. Es prácticamente imposible que pueda supervisar a todas las personas que entran y sus movimientos. La puerta que da acceso a las dependencias interiores no cuenta con agente de vigilancia y está continuamente abierta. En los pisos superiores se puede pasear con total tranquilidad.

Los dos periodistas que han realizado este reportaje no tuvieron ningún problema en recorrer varias dependencias situadas en distintas plantas de esta comisaría.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de noviembre de 1999