Un informe firmado por el jefe del Departamento de Limpieza Urbana del Ayuntamiento de Madrid, Amadeo Hernández, asegura que los barrenderos "se han visto obligados a no prestar los servicios de baldeo, fundamentales de la limpieza de Madrid" y que esto está produciendo "desastrosos efectos en la red viaria" de la ciudad. El problema, según señala el escrito, es la falta de agua a causa de la escasez de bocas de riego abiertas "y el no haber dispuesto de servicios alternativos".El origen de la situación se remonta a enero de 1997. Entonces, el Canal de Isabel II y el Ayuntamiento acordaron cerrar "paulatinamente" las 75.000 bocas de riego que existen en la ciudad a fin de reducir el recibo que el municipio pagaba al Canal.
El concejal de Limpieza, Alberto López-Viejo, del PP, replicó ayer que el informe "no se corresponde exactamente con la realidad porque la ciudad está limpia". Admite, con todo, que hay barrios más castigados que otros por el problema, situados especialmente en el distrito de Centro. "En la Gran Vía y en algunas calles adyacentes, por ejemplo, no se riega, pero se echa agua con camiones que funcionan como baldeadoras automáticas", explicó. López-Viejo aseguró que va a "renegociar" con el Canal de Isabel II a fin de abrir más bocas de riego y que a partir del año que viene se incrementará la actual flota de 80 baldeadoras. "El presupuesto municipal para limpieza va a subir de los 11.000 a los 20.000 millones, con lo que habrá medios suficientes para paliar cualquier necesidad", añadió.
El edil socialista Rafael Merino considera el asunto "muy grave" y recordó ayer que su partido "ya predijo ese problema cuando empezaron a cerrarse las bocas de riego". "Ahora, cuando es tarde, se dan cuenta de que el agua es necesaria para la limpieza de las calles y que utilizar las baldeadoras automáticas es más caro que usar las bocas de riego", señaló. "Me parece inadmisible, además, que el edil dude del informe de un funcionario", añadió. El escrito, fechado en junio, se discutirá hoy en la Comisión de Medio Ambiente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de noviembre de 1999