La aplicación del Plan Nacional de Residuos Urbanos se encontrará en cada comunidad autónoma con diferentes grados de desarrollo. Éstos son tres ejemplos de adaptación a la normativa ambiental.- Cataluña. Todos los municipios catalanes disponen de la infraestructura adecuada para la gestión de los residuos urbanos y se ha implantado de forma generalizada la recogida selectiva de vidrio, papel, pilas y medicamentos. El territorio dispone de 108 depósitos de residuos y hay otros 70 en construcción, para un plan general que prevé disponer de 217. Hay siete plantas de compostaje en funcionamiento y otras 12 en fase de obras. Los ayuntamientos han recibido 40.000 contenedores para la recogida selectiva. Lo más atrasado es la recogida orgánica y la selectiva de envases. La ley establece que debería estar implantada antes de final de año en todos los municipios de más de 5.000 habitantes. Cataluña dispone de unas 120 localidades en esta situación, pero apenas 30 han hecho los deberes. Entre 60 y 70 más están trabajando en ello y aseguran que se incorporarán en cuestión de meses.
- Madrid. Arrastra un retraso notable en la capital, donde actualmente casi un millón de personas (un tercio de los habitantes) separa la basura. El Ayuntamiento decidió incorporar el sistema de forma paulatina y utilizó el distrito de Moratalaz como conejillo de indias debido a la juventud de sus habitantes. Desde el mes pasado, 8 de los 21 distritos cuentan ya con los contenedores amarillos que posibilitan la recogida selectiva. Y antes de que termine el 2000, el Ayuntamiento tiene previsto extender la iniciativa a toda la ciudad. En la región, mientras tanto, el Gobierno regional, del PP, más adelantado en su política ambiental, ya ha conseguido extender a la práctica totalidad de municipios la separación de basuras. Y en el primer año ha reciclado más de 15 millones de kilos de residuos urbanos.
- Andalucía. De los 3,3 millones de toneladas de residuos urbanos que generan los andaluces al año, un 15% se escapa de los procesos de tratamiento. Reducir la cantidad de desechos y erradicar los vertederos incontrolados constituyen dos de los objetivos marcados por el plan territorial de gestión de residuos urbanos para la década 1999-2008, aprobado hace un mes por el Gobierno andaluz, informa Tereixa Constela. Dotado con 69.383 millones de pesetas, que aportarán administraciones locales y autonómica, el plan se propone rebajar en un 40% la producción de basuras urbanas, universalizar la recogida selectiva de residuos en origen (con depósitos separados para los restos orgánicos, envases y materiales inertes, vidrio y papel-cartón) e incrementar el reciclaje.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de noviembre de 1999