Si existen muñecas que cantan, hacen pis, lloran o ríen, ¿por qué no un osito que rece? Ante esta reflexión, la Iglesia católica de Brasil acaba de comercializar un peluche que recita el padre nuestro cuando los niños le mueven las patitas. Eso por el momento, porque más tarde, si el juguete tiene éxito, podría hasta declamar trozos de discursos de Wojtyla.- ,
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de diciembre de 1999