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REPORTAJE

Una mina en la oscuridad

La historia del teniente Alexéi Shvetsov, de 23 años, no es de heroísmo, sino de mala suerte, y ésta le costó los brazos. Ocurrió el 5 de septiembre. "Yo formaba parte de una unidad de espionaje que estudiaba desde Ingushetia la forma de atravesar la frontera con Chechenia. Era voluntario. Tenía un salario de 1.350 rublos . Mi tarea era proteger el campamento. Al caer la noche, vimos a dos guerrilleros. Nos retiramos sin entablar combate. Ellos subieron a un coche y se alejaron. Eran las ocho cuando empezamos a colocar minas a nuestro alrededor. La oscuridad era casi total y, en un sendero, pisé una mina. Fui evacuado rápido, atravesando las montañas, a Osetia del Norte". La explosión le arrancó los dos brazos, pero no le afectó gravemente en las piernas. Está a la espera de la colocación de prótesis especiales, a la medida, con las que los médicos le aseguran que incluso podrá llegar a escribir. Cuando las tenga volverá a Vladikavkaz, donde vivía con su mujer, Natalia, y sus dos hijos. Ella le ha ayudado mucho en el proceso de rehabilitación.Licenciado de un colegio militar, siempre quiso ser oficial. Paradójicamente, quería enseñar a los soldados cómo evitar pérdidas inútiles. Ahora pide que no le convierta en un pensionista. Su ilusión es ingresar en una universidad del Ejército y convertirse en jurista.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de diciembre de 1999