Me permito enviarles esta carta para exponerles los hechos ocurridos en una cabina telefónica. Domingo 28 de noviembre, 13.15. Me dirijo a una cabina telefónica situada en la plaza de Cristo Rey de Madrid a fin de efectuar una llamada telefónica urgente a mi domicilio. Introduzco una moneda de 25 pesetas y marco el número correspondiente. Me sale la señal de comunicando. Cuelgo para volver a realizar la llamada, y el teléfono se traga mis cinco duros. Unos minutos después vuelvo a efectuar la misma operación. El teléfono de mi domicilio sigue comunicando, y al colgar se traga otra moneda de 25 pesetas que había depositado. Tercera intentona pasados dos minutos. La historia se repite en todos sus pasos.Telefónica vuelve a tragarse la última moneda de 25 pesetas que me quedaba. El resultado es que, sin lograr hablar con mi domicilio, Telefónica me ha birlado 75 pesetas, y me pregunto si esta cantidad va a formar parte de las cifras astronómicas que van a percibir los directivos de Telefónica por las famosas stock options. Si es así, espero que me den las gracias.- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de diciembre de 1999