Enrique Morente está en racha. Cada actuación suya es un éxito, se muestra muy firme, está bien de voz y cuenta con el favor -y el fervor- del público. Además, y sobre todo, es ese cantaor con un conocimiento inagotable de su arte y la experiencia que dan los muchos años de carrera en los más diversos escenarios.El recital que hizo anoche fue casi idéntico al que le habíamos oído pocas semanas antes en el Colegio de Médicos. Dio entrada al violín de Bernardo Parrilla, que indudablemente enriqueció el acompañamiento en algunos de los temas. Temas de variada índole, incluso alguno que a mí personalmente me deja bastante frío. Pero Morente volvió a brillar en los grandes estilos, soleares, siguiriyas, cabales, malagueñas...
Enrique Morente
Manuel Parrilla (guitarra), Bernardo Parrilla (violín) y Joselín (percusión). San Juan Evangelista. Madrid, 15 de diciembre.
El cantaor se halla probablemente en el momento más dulce de una trayectoria artística ya de muchos años y que no le ha hurtado los sinsabores. Pero ahora, si no es ciego y sordo, debe tener plena conciencia de que se ha ganado en buena lid a un público que se le brinda incondicional en cada nueva actuación. Y éste es el mayor de los éxitos, sin duda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de diciembre de 1999