Conocer exactamente cómo funcionan los diminutos motores celulares que, entre otras cosas, separan los cromosomas cuando las células se dividen ha costado 15 años a los científicos. En 1985 se descubrieron las proteínas motoras, las quinesinas, y ahora se ha logrado ver su funcionamiento, explican científicos estadounidenses en la revista Nature. Éste implica un cambio de forma de la proteína e impulsos secuenciales propulsados por el ATP, el combustible universal de las células: dos proteínas se turnan en tirar del material a transportar a lo largo de las vías. Este motor celular transforma la energía química en trabajo con una eficiencia del 50%, cinco veces superior a la de un motor de explosión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de diciembre de 1999