El Parlamento argentino dió ayer la definitiva luz verde a la subida de impuestos que impulsa el Gobierno de Fernando de la Rúa. El Ejecutivo argentino trata de conseguir, con la reforma impositiva, una recaudación adicional de 320.000 millones de pesetas (2.000 millones de dólares) durante el año 2000. La ley fue aprobada por la Cámara de Diputados que, en trámite de revisión de la norma, rechazó algunos de los cambios introducidos en el Senado, donde tiene mayoría el opositor Partido Justicialista (PJ-peronista). La Cámara de Diputados aprobó, finalmente, la redacción original de la ley.
Pese a la recesión económica que sufrió el país durante 1999, la reforma tributaria impulsada por el Gobierno incluye la creación o aumento de tasas impositivas para artículos de consumo como las bebidas, el transporte público en trayectos superiores a 100 kilómetros, los cigarrillos y los abonos de la medicina privada.
También impuso gravámenes a las comunicaciones por teléfonos móviles y aumentó la base de contribuyentes en los impuestos a las ganancias y bienes personales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de diciembre de 1999