Tolerancia es permitir el mal menor para evitar otro mayor. Y que yo entienda, con la celebración del día de la toma de Granada, tal y como ha sido hasta la fecha Granada, no por eso ha dejado de ser más o menos tolerante. Granada es lo que es en la última mitad de milenio, y antes también, en buena parte, lo que la hacían las circunstancias históricas y lo que sus habitantes hacían de las mismas. En Granada imperó la tolerancia en los primeros años de la Reconquista. Y cuando, en general, en Europa se opta por los caminos de la intolerancia, Granada, como otras ciudades y países, sigue ese camino. Por ejemplo, las inquisiciones francesa, alemana o escandinava o española empiezan a intervenir junto a otras medidas discriminatorias.En la actualidad hay una manera muy fina de ser intolerantes, que es la de practicar intolerancia en nombre de la tolerancia. Intolerancia y difamación es mezclar a los partidarios de que se celebre la toma con los intolerantes. La toma es una tradición que parte de un hecho histórico decisivo. Y eso a nadie anima a emprender ninguna cruzada contra nadie. Igualmente, intolerancia será utilizar la toma como arma arrojadiza contra otros, en un sentido u otro. La polémica sobre la toma es una discusión bizantina que da lugar a que se digan disparates.- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de diciembre de 1999