Media hora de llantos de bebé grabadas en cinta: el Gobierno británico confía que obligando a las escolares a ese tipo de audiciones se frenen los embarazos adolescentes y el consiguiente abandono de la escuela por parte de las menores que son madres. Otra iniciativa disuasoria consiste en hacer que las chicas empujen montones de paquetes de pañales y de leche en polvo, con vistas a que se conciencien de la dura tarea que les espera si quedan embarazadas y dan a luz.Se trata de un programa presentado ayer y dotado con más de 2.500 millones de pesetas. El Reino Unido tiene el récord en la UE de embarazos de adolescentes: 40.000 de menores de 18 años en 1998, de los que 10.000 corresponden a menores de 16.
"Es vital que los padres mantengan a las menores en la educación", dijo ayer la ministra de Escuelas, Estelle Morris. "Garantizamos el apoyo a las familias que no estén en condiciones".
El programa incluye grupos de discusión para persuadir a los adolescentes de resistir las presiones ambientales que conducen a iniciarse en el sexo a edad temprana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de diciembre de 1999