El primer ministro británico, Tony Blair, y su esposa, Cherie, embarazada de casi cuatro meses, se han marchado una semana de vacaciones a Portugal, dejando a sus tres hijos -Euan, Nicky y Kathryn- solos en Londres. Adelantándose a posibles críticas de la prensa de su país, el jefe de Gobierno ha aclarado que el precio de los dos pasajes de avión lo ha costeado de su bolsillo y que se alojarán en la residencia del embajador del Reino Unido, John Holmes, un antiguo colaborador y amigo de la familia. Blair desencadenó una pequeña tormenta el pasado verano en su país cuando se conoció que sus vacaciones en la Toscana habían sido sufragadas con los impuestos de los contribuyentes italianos.- ,
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de enero de 2000