El estudio de las imágenes captadas por el robot submarino Abyssub en la popa del petrolero maltés Erika, naufragado a unos 74 kilómetros de la costa del noroeste francés, desvela que no existen fugas de fuel, anunció ayer un portavoz de la empresa propietaria del aparato. El Abyssub quedó encallado y fuera de servicio por razones desconocidas el pasado sábado y un segundo robot de exploración submarina, el Aquiles, no pudo desbloquearlo ayer debido a las malas condiciones meteorológicas. La misión de esos aparatos es captar imágenes del Erika para que los expertos puedan diseñar un plan para bombear de los tanques sumergidos del buque unas 20.000 toneladas de petróleo, así como descartar posibles fugas. El Gobierno de París pidió anoche a la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Alimentos (AFSSA) que evalúe los riesgos de una eventual contaminación de productos marinos por el fuel vertido por el petrolero maltés.
Unos 400 kilómetros del litoral atlántico francés están contaminados por la marea negra causada por el Erika. Aunque las manchas de fuel que más han avanzado hacia el sur se encuentran a 300 kilómetros de distancia de las costas del norte de España, en los alrededores de las islas de Ré y Olerón, el Gobierno de Asturias puso en marcha ayer una serie de medidas para atender a las aves que llegan a la costa asturiana afectadas por esa contaminación. El dispositivo de tratamiento cuenta con una dirección veterinaria, un servicio telefónico permanente y un centro de recepción y tratamiento de aves.
Un helicóptero del servicio español de Salvamento Marítimo sobrevoló ayer el Golfo de Vizcaya en zonas próximas al paralelo 45 sin observar ninguna mancha y cuatro embarcaciones patrullan en la costa del norte de España en misiones de vigilancia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de enero de 2000