Los sistemas de fabricación de nieve están permitiendo una temporada más el funcionamiento de la estación invernal de Sierra Nevada, ya que, a pesar de la alta pluviometría registrada desde octubre, las adversas condiciones climáticas han impedido que la mayor parte de las precipitaciones sean de nieve. Para contrarrestar esa adversidad, los cañones de nieve artificial han tenido que producir desde el 12 de noviembre hasta la primera semana de enero cerca de 700.000 metros cúbicos de nieve, casi tanto como la temporada anterior, lo que ha permitido ampliar la superficie esquiable.El portavoz de Cetursa-Sierra Nevada, Manuel Santaella, admitió que esta temporada, sin la producción de nieve artificial, la estación estaría abierta de manera "testimonial", y la anterior campaña hubiera funcionado "de manera precaria", con lo que se habrían producido grandes pérdidas económicas para la sociedad que gestiona Sierra Nevada y para los empresarios de la zona. Por ello, Sierra Nevada considera "rentabilizada" la inversión de 5.000 millones de pesetas ejecutada entre 1989 y 1995 en los cañones que fabrican nieve artificial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de enero de 2000