El juez instructor francés que investiga el naufragio del petrolero maltés Erika ha convocado una comisión rogatoria en Italia para determinar cómo el organismo de verificación italiano Rina (Registro Italiano Navale) autorizó al buque a navegar, informó ayer el diario Le Parisien. Rina fue el último organismo que inspeccionó el Erika antes de que naufragara frente a las costas bretonas el pasado día 12 con 30.000 toneladas de crudo pesado que eran propiedad del grupo petrolero franco-belga TotalFina.La marea negra causada por las primeras 10.000 toneladas de petróleo vertido ha contaminado unos 400 kilómetros de la costa atlántica francesa, y quedan otras 20.000 toneladas en la popa sumergida a 120 metros de profundidad. Un experto de Rina examinó el petrolero el pasado 24 de noviembre en el puerto siciliano de Augusta después de que el capitán, Krun Mathur (actualmente procesado en Francia), informara al armador de que había detectado un problema de corrosión, señala el diario.
Tras la inspección, el Erika fue autorizado a navegar, aunque el experto pidió al armador que efectuase reparaciones, debido a las áreas de oxidación observadas en el casco, y que el buque volviera a puerto a finales de enero del 2000 para verificar que se habían realizado. A la espera de determinar si la corrosión causó el naufragio, los investigadores quieren conocer el motivo por el cual Rina permitió al Erika seguir transportando petróleo.
Otro aspecto que interesa a la justicia es el brusco cambio de entidad de verificación por parte del armador, indica el diario. Desde 1993, la oficina francesa Veritas era la encargada de verificar el estado del petrolero. El 16 de junio de 1998 los expertos de Veritas constataron problemas técnicos muy graves y exigieron al armador que el buque hiciera una sola travesía, sin cargamento, y fijaron una inspección a fondo para finales de ese mes, según Le Parisien. Pero el 17 de junio de 1998, el armador del Erika cambió de oficina de verificación e inscribió el buque en Rina, agregó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de enero de 2000