Una mujer muerta y otra malherida fue el resultados de sendoss casos de violencia doméstica registrados ayer en Alicante y Mallorca. En ambos casos, los agresores (los compañeros de las víctimas) se suicidaron. El primer ataque se registró en la noche del miércoles en Alicante, cuando un hombre mató a su esposa con una escopeta de caza y se suicidó luego con la misma arma. Los hechos ocurrieron en el domicilio del matrimonio. La pareja estaba en trámites de separación, según la policía. La víctima, C. G., de 40 años, era limpiadora de profesión. Su homicida, A. M., de 48 años, trabajaba de camarero. Tenían dos hijos de unos 20 años.
El agresor disparó un tiro a su esposa en la cabeza mientras ella dormía y, pasados unos 10 minutos, se tendió en la cama y se pegó un tiro en la boca. Estaban solos. "Era una pareja normal. Nunca los habíamos oído discutir y no nos constaba que mantuvieran desavenencia alguna", dijo una vecina.
La segunda agresión fue cometida también en la noche del miércoles por Stephan Subtil, un alemán de 43 años, residente en Moscari (Mallorca), quien disparó dos tiros contra su ex compañera, Dagmar Barc, de 25 años. La mujer sufrió heridas muy graves. El agresor, que había convivido con su víctima hasta hace un mes y medio, se mató disparándose en la sien. Dagmar trabaja de comadrona en un centro médico del norte de Mallorca y su agresor organizaba excursiones para turistas.
Los vecinos oyeron ruidos, gritos y los disparos, y al cabo de un rato la mujer ensangrentada apareció en la puerta de la casa reclamando auxilio. Al llegar las asistencias para atender a la herida, que quedó tendida en la calle, hallaron en el interior de la vivienda el cadáver de su ex compañero. Dagmar está ingresada en una clínica de Palma en estado muy grave, tras haberle extraido un proyectil del pulmón. Otra bala permanece alojada en el torso.
Los vecinos señalan que la ruptura de la pareja estuvo motivada por los malos tratos quebsufriía la mujer. En las últimas semanas Stephan intentó rehacer la convivencia y acosó telefónicamente a la víctima, que se había ido a vivir a casa de una amiga. Dagmar acudió el miércoles al antiguo hogar para recoger una documentación y allí fue tiroteada, al negarse a terminar la separación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de enero de 2000