Desmond Llewelyn encarnó al siempre acuciado inventor Q, que proporcionó toda clase de aparatos extraordinarios y letales a James Bond en 17 de las 19 películas del agente 007. Q era el hombre de todos los recursos. Llewelyn murió el mes pasado en un accidente de coche en el Reino Unido, a los 85 años, sin llevarse a la tumba su gran secreto: "Soy alérgico a todos esos inventos de hoy día. No consigo que me funcionen ni esas tarjetas de plástico que dan ahora para abrir las habitaciones en los hoteles". Podría pensarse que en la CIA, que da unas de cal y otras de arena, deben tener un problema parecido. Por tercera vez en 16 meses hay nuevo jefe de la división que se dedica a inventar aparatos como los que concebía Q. O si no tan espectaculares como los coches voladores, al menos necesarios para realizar las labores que se le suponen a una espía. En EEUU, y de acuerdo con los tiempos, Q es una mujer: Joanne Isham, de 44 años. Su nueva tarjeta dice subdirectora para ciencia y tecnología. Desde 1996 era la adjunta a esa subdirección. De ella se sabe poco más, y George Tenet, el director de la CIA, simplemente ha anunciado a su personal que la misión de Isham será la de reforzar la "tecnología para incrementar la efectividad de la recolección secreta" de información. Isham sucede a Gary Smith, un físico nuclear que trabajó en el Laboratorio de Física Aplicada de la John Hopkins University hasta que se jubiló. Abandonó la jubilación, a petición de Tenet, el pasado abril, y su principal contribución en este año escaso para la agencia fue crear la compañía In-Q-It, que financia proyectos de alta tecnología para facilitar el trabajo a los espías norteamericanos.- RICARDO M. DE RITUERTO, Chicago
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de enero de 2000