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CARTAS AL DIRECTOR

"Nuevos" efectos colaterales en el "viejo" Chile

Nuestro Gobierno sigue insistiendo en su "respeto a las decisiones judiciales" en el caso Pinochet, como si ello no fuera una obviedad. La exigencia en virtud de la protección de los derechos humanos era y es muy superior, debería haber descalificado desde un principio a la Fiscalía del Estado en su burdo intento de eximir de responsabilidades a las dictaduras chilena y argentina. Los torturados, algunos de ellos hasta la muerte, son, para muchos, los desgraciados efectos colaterales de la cruzada antimarxista.Pinochet no sólo ha ganado al haber aceptado el Gobierno británico la tesis de que su estado de salud no resistiría un juicio, apelación despiadamente paradójica, ya que él instituyó la intencionada destrucción de la salud de los izquierdistas chilenos mediante la tortura como medio judicial. También ha ganado porque muchos chilenos aplauden su liberación, aceptando así la tortura y el asesinato como formas loables de restablecer su orden público, porque asesinó a quienes levantarían la voz contra esta reivindicación del horror, porque continúa ahogando la voz de los antiguos perseguidos con la amenaza de una nueva aparición de la violencia militar. Y, sobre todo, porque nuestros democráticos gobernantes se limitan a respetar una vergonzosa liberación que debería haber tenido lugar después de que sus delitos contra la humanidad fueran juzgados y condenados.- Pedro Aparicio.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de enero de 2000