Las autoridades holandesas de aviación civil negaron el permiso de despegue, la noche del pasado sábado, a un aparato Boeing 737 de la compañía Royal Air Maroc cuyo piloto se encontraba en avanzado estado de ebriedad, según comunicó la policía.El avión se disponía a partir del aeropuerto de Schipol, en las cercanías de Amsterdam, con destino a Tánger, con 125 pasajeros, y faltó muy poco para que todo el proceso de despegue se desarrollara con entera normalidad.
Pero, según relató posteriormente la policía holandesa, resultaba evidente el paso "tambaleante" del piloto -cuya identidad no ha sido revelada- mientras se dirigía al avión desde la zona de espera de tripulantes. Al observar esa circunstancia, que indicaba una clara indisposición del piloto, los agentes decidieron impedirle llegar hasta la cabina.
Después de efectuarle un análisis de alcoholemia, se le detectó un nivel de 2,2 gramos en sangre. Hay que resaltar que el máximo permitido en Holanda para conductores de automóviles es de 0,5 gramos, idéntico porcentaje al establecido en España, donde anteriormente era de 0,8 gramos.
En todo momento, el piloto se resistió a verse sometido al control de alcoholemia, e intentó llegar al aparato por la fuerza, mientras no cesaba de hablar incoherentemente.
Las autoridades holandesas impusieron al piloto una multa de unas 190.000 pesetas y le prohibieron volar hasta el mediodía de ayer.
Los pasajeros fueron alojados, en vista del forzoso retraso del vuelo, en diversos hoteles. Aparte de las fuentes policiales, ningún responsable del aeropuerto holandés accedió a comentar el hecho.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de enero de 2000