Unos 2.000 marroquíes se beneficiarán en Ceuta de la nueva Ley de Extranjería, según se desprende del número de contratos firmados en la ciudad autónoma a ciudadanos de ese país y que residen en poblaciones cercanas a la frontera. La nueva legislación implica que estos trabajadores, con documentación laboral expedida por el Ministerio de Trabajo español (otros 23.000 acuden a diario sin papeles) puedan solicitar en el Registro del Ayuntamiento ceutí su residencia y empadronamiento temporal por un máximo de cinco años. Luego accederían automáticamente a la residencia temporal. Esta consecuencia de la Ley de Extranjería, que no cuenta con aceptación en la sociedad ceutí, ha provocado las protestas de los partidos localistas, que temen la desintegración de la ciudad, y del Gobierno de la ciudad, en manos del GIL. De hecho, el Ejecutivo de Antonio Sampietro ya ha anunciado su intención de no admitir el empadronamiento de ningún inmigrante, por muchos papeles en regla que presente.
A esos 2.000 marroquíes se añade la posibilidad del reagrupamiento familiar, que podría hacer aumentar los marroquíes residentes en otros 8.000, por lo que Ceuta tendría un aumento espectacular de población en los próximos años, entre el 13% y el 14%, pasando de 70.000 a 80.000 habitantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de enero de 2000