Al pop se le atribuye una intencionalidad liviana, cuando no fútil, en las letras. De hecho, las historias mil veces repetidas de chico conoce chica, se gustan y todo lo demás forman parte del pop. A pesar de ello, siempre hay bandas que se escapan del tópico, y una de ellas es Pet Shop Boys, un dúo que ha sabido aunar ironía, letras inteligentes y pop bailable en un cóctel de marcada elegancia. No sólo eso, sino que Neil Tennat y Chris Lowe han sabido ambientar sus escasas giras con una escenografía situada a enorme distancia de los lugares comunes típicos en los conciertos de pop. En Barcelona se pudo comprobar a comienzos de los noventa, cuando presentaron su álbum Behaviour en el Palau Sant Jordi, recinto en el que montaron un espectáculo de referencias teatrales y cinematográficas de enorme belleza. En esta ocasión, los Pet Shop Boys (los chicos de la tienda de mascotas) han acudido a la arquitecta Zaha Haidid para conseguir un diseño de escenario que, como todos los precedentes, destaca tanto por su originalidad como por su sencillez. Sobre él, Tennat y Lowe presentarán las canciones de Nightlife, un último trabajo en el que rinden homenaje a la vida en la noche. Y este espectáculo llega hoy a Barcelona, en cuyo Palacio de los Deportes dará comienzo a las 22.00 horas. Elegancia, pop bailable e impacto visual se aunarán en el primer concierto de campanillas que el año 2000 ha traído a Barcelona. Pop hedonista que no olvida que una letra es algo más que el celebérrimo chico conoce chica.-
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de enero de 2000