El rastro es el mercado en el que podemos hallar personas más míseras, pues hay vendedores que obtienen sus mercancías de los contenedores de basura. Desde que el Rastro se ubica a espaldas del Nuevo Ayuntamiento han ido proliferando los sin permiso o ilegales, producto de la deficiente gestión de la Sección de Abastecimientos a cargo de José Luis Juan. Encierra una grotesca paradoja que quienes propugnan el libre mercado a escala internacional se resistan a eliminar trabas burocráticas en los mercadillos locales.- Vendedora ilegal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de enero de 2000