El secretario general del PSOE y candidato a la Presidencia del Gobierno, Joaquín Almunia, ha paseado las ciudades de Córdoba, Sevilla y Huelva. Sus intervenciones han dejado sin respuesta algunas de las cuestiones que preocupan en Andalucía y que no han sido solucionadas, ni siquiera se han intentado, por el Gobierno de Aznar. Deuda histórica, financiación y censo se han dejado para otra ocasión. Ha dedicado su tiempo a la política nacional. Es un planteamiento insuficiente, aunque puede ser acertado. Una de las críticas más fuertes que ha soportado Manuel Chaves ha sido por hacer coincidir elecciones autonómicas y generales. La coincidencia, al decir de la oposición, hurta el debate autonómico. Desde esta óptica puede que el desplazamiento de cuestiones estrictamente andaluzas a tiempo posterior impida que se erosione el debate y, de ahí, su posible acierto. Sin embargo no es suficiente, hay que abordarlo. Los andaluces tenemos que conocer cuál va a ser su actuación si llega a la Presidencia, pues, si la alcanza, algo tendrá que ver esta comunidad.No obstante, el comienzo es positivo. Sus intervenciones han estado marcadas por el respeto personal al adversario. La confrontación la limita a las propuestas alternativas. Esta intención y el hecho de que haya apelado a la memoria reciente para recordar que la Constitución es fruto del consenso de todos los españoles y no privativa del PP, que no puede monopolizar ni residenciar, como si de liberalización se tratara, en los más cercanos su defensa e interpretación, han sido los aspectos más atractivos de su intervención. Puntos de su programa de gobierno al que une, y es necesario que no se olvide, otro compromiso. Exigir de los partidos nacionalistas, especialmente PNV y CiU, que se comprometan con el Estado, sin que el hecho de que su representación permita la formación de un determinado gobierno y arrastren unas ayudas superiores a las que obtienen las demás comunidades, y además, puedan agrietar el Estado constitucional por su única voluntad y porque esta ayuda se mantenga.
Cuestiones que son importantes de conocer, como también que Andalucía sepa qué va a suceder, si gobierna, con su censo, financiación y deuda histórica.
EUGENIO SUÁREZ PALOMARES
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de enero de 2000