Hace tiempo que en Balmaseda la bruma no procedía de una vieja locomotora de carbón. Ayer a las doce y media la máquina Guipúzcoa clausuró el VIII Centenario de la Villa de Balmaseda. La llegada del ferrocarril no simbolizaba otra cosa que la importancia que tuvo el tren para esta localidad vizcaína. Durante unas horas se vivió una vuelta al pasado con los trajes de época, las sombrillas y los amplios bigotes. Los curiosos pudieron visitar también la exposición El ferrocarril en la historia de Balmaseda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de enero de 2000