En pleno debate sobre la abolición de la denominada Cláusula 28, una disposición que prohíbe divulgar la homosexualidad en los colegios, Thomas Winning, cardenal católico de Escocia, ha calificado a la comunidad gay de grupo tan peligroso por sus tendencias como "las bombas de la II Guerra Mundial". No está creando demasiado problemas en Inglaterra y Gales. En Escocia, por el contrario, el nuevo Parlamento autónomo de Edimburgo ha decidido efectuar una consulta pública al respecto. Las declaraciones del cardenal Winning, hechas en Malta, no han hecho más que agudizar la polémica. A la vuelta de Malta, el propio cardenal ha puntualizado que el "bombardeo" hacía referencia al poderío visual de la televisión.- ,
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de enero de 2000