El alférez de navío retirado que en junio de 1998 mató a su ex esposa de un tiro en una cafetería de Cullera no intentó discutir, durante el juicio con jurado iniciado ayer en la Audiencia de Valencia, la autoría del crimen: Reconoció que fue él quién disparó, aunque añadió que lo hizo "en un arrebato de locura", informa Efe. Esta afirmación, de ser aceptada, reforzaría las tesis de su defensa, que pide 12 años de prisión por un delito de homicidio para Antonio M. B., de 69 años. Por contra, el fiscal y la acusación popular sostienen que el procesado es culpable de asesinato: mató a su ex esposa, a la que había amenazado en reiteradas ocasiones, de manera alevosa, sin darle la oportunidad de defenderse.
El fiscal solicita 18 años de prisión para el procesado, dos menos que la acusación particular. En cualquier caso, el relato de los hechos de ambas partes es coincidente: Antonio M. B. fue a un local que solía frecuentar su ex mujer para, en ejecución de su plan, asesinarla. El acusado defendió otra visión del crimen: Se le habían "cruzado los cables por la vida tan buena que llevaba ella y tan mala que llevaba yo", en alusión a las dificultades económicas que le comportaba el pago de la pensión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de enero de 2000