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Rusia admite ya más de mil muertos en sus filas en la guerra de Chechenia

Centenares de rusos han muerto en los combates de los últimos días, según el portavoz checheno Movladi Udúgov. La cifra es, tal vez, exagerada, como todas las que dan los dos bandos, pero se abre paso, incluso en Rusia, la realidad de que, sobre todo en Grozni, la sangre está corriendo a raudales. Ayer, la agencia Interfax -privada, pero que rara vez se desmarca del Gobierno- aseguró que la operación antiterrorista ha costado ya la vida a 1.152 soldados rusos y que otros 3.246 han resultado heridos.Los datos son todavía muy inferiores a los 3.000 muertos y 6.000 heridos que estiman los comités de madres de soldados, pero quedan bastante por encima de los facilitados por los ministerios de Defensa y Exterior (en torno a 750 muertos y menos de 2.000 heridos). Estas cifras, como las de Interfax, incluyen las bajas en Daguestán para repeler, en agosto y septiembre, las invasiones dirigidas por Shamil Basáyev. En el caso de Chechenia, la agencia cita 926 muertos, 2.432 heridos y 23 desaparecidos.

Más significativo aún es el dato del último mes: 520 muertos y 1.515 heridos, casi tantos como en los cinco meses anteriores. Cabe suponer que la mayor parte de ellos han sido víctimas de la batalla de Grozni, en la que no bastan los bombardeos y hay que recurrir a la lucha calle por calle, incluso edificio por edificio. Ayer mismo se combatía ferozmente en los alrededores de la plaza Minutka, que se está convirtiendo en un símbolo de la resistencia de los guerrilleros, que dejan en ridículo una y otra vez los anuncios rusos de que la tienen bajo su control.

El mando de las tropas federales intenta mostrar que se dominan amplios sectores de la ciudad, en algunos de cuyos edificios ondea la bandera tricolor de la Federación Rusa. La realidad, sin embargo, es muy distinta, y los francotiradores chechenos y las infiltraciones en la retaguardia impiden todavía un control efectivo. Un grupo de periodistas conducido por los militares fue echado para atrás el domingo en el barrio de Staropromiaslovski por temor a contraataques chechenos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de enero de 2000

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