Un ex entrenador de la escuela municipal de fútbol de Aldaia, Juan P., de unos 60 años, aguarda en la prisión de Picassent el juicio por la supuesta violación de uno de sus pupilos. En la decisión del juez de Torrent que dictó la orden de prisión preventiva la pasada primavera influyó la declaración de dos antiguos futbolistas de mediana edad que testificaron haber sufrido abusos sexuales por parte del mismo entrenador cuando eran niños, hace 30 años.La violación que sufrió el niño, constatada por los médicos forenses, se destapó hace un año cuando su madre lo llevó al centro de salud porque vomitaba y tenía mal aspecto. Tras comprobar que había sufrido un desgarro en el esfínter anal el médico le dijo a la madre: "O presenta una denuncia o tendré que denunciarles yo a ustedes". Los padres denunciaron los hechos y dijeron a la policía que el niño nunca les había dicho nada y no imaginaban que aquel entrenador que tanto se preocupaba por el niño pudiera haber abusado de él.
Según fuentes del caso, los abusos se han prolongado más de dos años. Los domingos por la tarde el niño le decía a sus padres que se iba a repartir propaganda de la escuela de fútbol y se marchaba con su preparador, según estas fuentes. Añaden que el entrenador le pagaba las entradas de los partidos del Valencia y llegó a darle dinero para que se comprara unas botas de fútbol.
Pero dos semanas antes de que saliera a la luz la violación, un antiguo futbolista de 39 años se presentó en la escuela deportiva y les relató a los dirigentes que cuando él tenía 11 años había sufrido abusos de ese entrenador. Este ex jugador, que aún precisa ayuda psicológica, decidió acabar con tres décadas de silencio después de que su hijo pequeño se empeñara en apuntarse a la escuela en la que aún seguía el mismo preparador. "Me había callado por miedo y vergüenza, pero no podía permitir que a mi hijo le pasara lo mismo", afirmó. Días después, otro ex futbolista corroboró su versión y la escuela apartó al preparador. Hasta que se conoció la violación y fue expulsado definitivamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 31 de enero de 2000