El discurso laborista está poniendo el énfasis en estos últimos días en la urgencia de profundizar en la reforma de la Unión Europea, tema que Londres quiere destacar en la Cumbre de Lisboa del próximo mes. "Debe marcar el momento definitivo hacia una agenda de reforma, conservando los valores del modelo social europeo, pero cambiando radicalmente su aplicación. La nueva economía exige una redirección de la política económica europea para el futuro", señaló Blair en su intervención durante el Foro Económico Mundial de Davos. El ministro Gordon Brown guarda silencio sobre el euro temeroso de distraer la atención de su buena gestión al frente del Ministerio de Finanzas. En él recae la respuesta a las cinco pruebas que adoptó antes de la victoria de 1997 y anunció en octubre de ese mismo año. La moneda única debe, mantiene Brown desde entonces, dejar constancia de su impacto en las inversiones, beneficiar a los servicios financieros de la City, demostrar flexibilidad ante una crisis, favorecer el empleo y la convergencia entre las economías del Reino Unido y de sus socios europeos.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de febrero de 2000