Tan sólo 24 horas después de la formación del nuevo Gobierno entre los conservadores y los ultraderechistas de Jörg Haider, Austria se ha sumido en un clima de enfrentamiento civil desconocido hasta ahora en el país. Las acusaciones mutuas entre los partidos políticos y los disturbios callejeros se sucedieron ayer, poniendo de manifiesto la ruptura del consenso surgido en la posguerra mundial. Haider, que recientemente había comentado, refiriéndose a las protestas europeas, "que el gallinero está revuelto antes de que entre el zorro", desafió de nuevo ayer a la UE al afirmar que las decisiones se toman por consenso y que necesitará el voto de Austria. Mientras, en Madrid, el Partido Popular Europeo estudió "suspender" a los socios de Haider en el Gobierno, los conservadores de Wolfgang Schüssel, al no haber acuerdo para su expulsión.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de febrero de 2000