El mundo del jazz (como cualquier otra música mediatizada por la industria) está lleno de grandes esperanzas que aparecen y desaparecen como por arte de magia. Nombres a los que se pretende cargar de futuro cuando aún no tienen un presente y que se suelen estrellar contra el muro de la responsabilidad. Pocos pasan ese filtro y se convierten en estrellas. El pianista Ben Waltzer se situaría justo en el otro plato de la balanza: la suya ha sido una ascensión tan discreta como segura, paso a paso ha ido acumulando experiencia y técnica hasta lanzarse a la pista y sorprender con una propuesta sólida, atractiva y tan contemporánea como anclada en la tradición. Esta semana lo demostrará en el escenario del club Jamboree (cada noche desde hoy hasta el sábado, a las 23.00 horas).Curiosamente Ben Waltzer saltó a la primera fila del jazz internacional desde una discográfica barcelonesa: Fresh Sound que, en su serie New Talent, editó hace dos años sus dos primeros discos: For Good y Jazz is were you find it. Hasta ese momento Waltzer no era más que un nombre entre los muchos que han salido del New England Conservatory of Music. A su favor Waltzer tenía un par de premios como estudiante y a profesores de tanto empaque como Jimmy Giuffre y Geri Allen. A partir de la edición de esos dos magníficos discos la carrera de Waltzer se ha sumido en un crescendo que parece imparable.
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En esta nueva visita a Barcelona el pianista estará acompañado por el contrabajista Chris Higgins y el batería Jo Krause.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de febrero de 2000