En relación con la edición dominical de EL PAÍS del 16 de enero, en la que se publica un texto de Juan Ramón Lodares titulado El invento del español, desde 1975 he venido solicitando al Ministerio de Asuntos Exteriores y, desde su creación, al Instituto Cervantes, que todos los centros e institutos culturales del Estado español en el exterior tengan el derecho y la obligación de divulgar e impartir, además del idioma español, cursos de todos los idiomas oficiales de España.Los institutos Cervantes, en colaboración con las consejerías de Educación y Cultura de las comunidades autónomas bilingües, podrían y deberían organizar cursos de catalán, gallego y euskera a fin de facilitar la movilidad laboral de muchos españoles residentes en el extanjero que, a su vuelta a España, encuentren trabajo en una comunidad autónoma bilingüe.
Asimismo, se ayudaría a los hijos de los españoles residentes en el extranjero que deseen realizar estudios en alguna de las comunidades bilingües. La política lingüística actual del Instituto Cervantes presuntamente no ayuda, como podría hacerlo, a los hijos de los españoles en el extranjero ni a los estudiantes extranjeros de los países de la Unión Europea que consiguen una beca y desean realizar estudios en una universidad donde el idioma utilizado en las aulas no sea el español.
El Instituto Cervantes de Dublín, desde 1995, ha organizado cursos de cha-cha-cha, merengue, salsa y cocina española. En 1999, hasta ha organizado un seminario sobre La OTAN como instrumento de paz. No me consta que tanto la colonia española en Irlanda como el pueblo irlandés no estén interesados en las lenguas y culturas de Galicia, Cataluña, Euskadi o las islas Baleares. Parece ser que es cuestión de prioridades.
Los partidos políticos podrían informar a los electores sobre cuál va a ser la política lingüística del Instituto Cervantes, en la difusión y enseñanza de, además del español, los otros idiomas oficiales de España.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de febrero de 2000