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OPINIÓN DEL LECTOR

En defensa de Greenpeace

A través de los medios de comunicación me he enterado del alboroto causado por el hecho de que un mes y medio después de nombrar a José María Mendiluce como jefe máximo de Greenpeace Internacional, la organización se ha vuelto atrás. La dirección ha hecho un penoso papel.Pero quizá uno de los motivos de tal decisión no demasiado comentado es que Mendiluce ha dicho que quería dar impulso a la vertiente de los derechos humanos dentro de Greenpeace. Soy socio de Intermon, y cada año hago un pequeño donativo a Amnistía Internacional y a Greenpeace. Soy miembro activo de una organización de las llamadas ecologistas en Cerdanyola del Vallès y no de Amnistía, que está en el mismo recinto, y todo por un motivo puramente anecdótico.

¿Por qué no soy activo en las dos? Pues porque no hay tiempo para todo y, tanto la causa medioambiental como la de los derechos humanos están necesitadas de gente.

La organización Greenpeace ya tiene suficiente trabajo con abarcar su tarea, y quizá por esta razón no se quiere diversificar. Hay que pensar que quienes nos movemos en estos colectivos somos intercambiables porque pensamos lo mismo.- Roger Caballé. Bellaterra.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de febrero de 2000