La Audiencia de Castellón reanudó ayer el juicio contra el doctor Joaquín Amat, acusado de estafar a cientos de pacientes con un tratamiento contra el cáncer de su invención, el Amatrisán. Los primeros testigos, la mayoría familiares de enfermos que fallecieron tras ser tratados en una clínica que abrió Amat en 1989, ofrecieron testimonios contradictorios. José Cervera, el primero de una lista de 486 pacientes o familiares que comparecerán, dijo que el Amatrisán no proporcionó ninguna mejoría a su mujer, que murió de cáncer. También declararon quienes aseguran haberse curado con el método de Amat, como Manuel Martínez, quien afirmó que sanó de un cáncer de bazo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de febrero de 2000