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Un fraude en cadena

El Ministerio de Agricultura y la Comisión Europea han reforzado en los últimos años el control sobre los sectores agrarios que, de una u otra manera, perciben ayudas comunitarias y, muy especialmente, con los relacionados con el alcohol. Aún así, sigue funcionando un amplio mercado negro para la venta de azúcar dedicado a la obtención de alcohol, producto que se comercializa fuera de los grandes circuitos y, sobre todo, en los lugares de consumo en el medio rural.Las irregularidades en la contabilidad del azúcar o la melaza habrían dado lugar a una contabilidad falsa en las empresas que está investigando Agricultura, lo que supondría engaños en cadena a la Administración comunitaria, que distribuye las ayudas al sector, al Gobierno español, a los accionistas y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), puesto que se trata, en el caso de Azucarera Ebro Agrícolas, de una empresa cotizada en Bolsa. Entre los afectados también están los productores de remolacha, sector desde el que se reclaman mayores controles sobre la industria productora y una representatividad en las fábricas para defender sus intereses.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de febrero de 2000