Japón perdió ayer un gran telescopio espacial de rayosX, el Astro-E, al fracasar su puesta en órbita. El cohete, que tenía que subir el observatorio hasta 250 kilómetros de altura como mínimo para realizar desde ahí las maniobras hacia su órbita definitiva, se quedó a 80 o 100 kilómetros; el telescopio se desvió de su trayectoria prevista y el centro de control perdió contacto con él, por lo que no fue posible corregir el rumbo. Había transcurrido apenas un minuto desde el momento del despegue. Tras el fallido lanzamiento, los responsables del Instituto de Ciencia Espacial y Astronáutica nipón no sabían si el Astro-E se había destruido o sencillamente se había perdido en el espacio. Comentaron también que se habían detectado fallos en los sistemas de combustión del cohete en los primeros momentos del vuelo.
El Astro-E, valorado en 17.500 millones de pesetas, era el más importante satélite de observación atronómica desarrollado por Japón. El fracaso agrava seriamente la herida abierta en el programa espacial japonés hace tres meses con la pérdida de un cohete de nueva generación, el H-2, que fue destruido en vuelo por los controladores de la Agencia Nacional de Desarrollo Espacial (NASDA) al fallar el motor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de febrero de 2000