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Carlos Herrera considera legítimo que los andaluces pulan su acento El periodista critica a los "talibanes" que imponen modos de hablar

La forma de hablar no debe someterse a normas ni imposiciones. Un andaluz no deja de serlo por no sesear ni cecear o por pronunciar las vocales menos abiertas. Ésta es la reflexión que el periodista almeriense Carlos Herrera expuso ayer en Granada durante la jornada de clausura del seminario Habla andaluza y medios de comunicación. Herrera denunció a los "talibanes del andaluz" que critican a quienes, como él, pulen su acento, pero también defendió el rescate de expresiones costumbristas.

El periodista, que dirige el programa de Radio Nacional de España Buenos días con Carlos Herrera, se mostró contrario a cualquier regulación en la forma de hablar, especialmente en los medios de comunicación. "La imposición de hablar en el más neutro estilo salmantino como en el más exquisito acento sevillano me parece una exageración", explicó.Herrera no cree que los andaluces, y especialmente los periodistas de medios audiovisuales, cambien su forma de hablar por un posible complejo de inferioridad debido a la identificación de su acento con la incultura. "Lo que solemos hacer los periodistas es pulir los ángulos de nuestro acento para adaptar nuestro habla a los oyentes de toda España. Y eso me parece legítimo", dijo.

En su intervención en el simposio, titulada La libertad en el habla andaluza, el periodista almeriense defendió "el uso culto y sensato de la forma de hablar andaluza". Y apostó por la conservación de las expresiones "que no vienen en el diccionario pero que forman parte del costumbrismo en Andalucía".

A la exposición de Herrera, cuya brevedad estuvo justificada por la gripe, siguió la del también periodista Antonio García Barbeito, habitual en la cadena Cope y en el diario El Mundo. Barbeito leyó una literaria y divertida conferencia en la que defendió el uso del mejor español posible, pero en la forma andaluza. "Español bendita copla, pero dejadme cantarla con mi música para evitar la monotonía, dejadme desentonar", exclamó.

Barbeito criticó opiniones como la del académico Manuel Alvar, "empeñado en desterrar el andaluz como herramienta" y abogó por "no traicionar el acento, suene como suene".

El periodista aseguró que "el mejor español, el menos contaminado con términos extranjeros, se conserva en los pueblos andaluces". Y criticó los esfuerzos de los presentadores de los programas de la Radio Televisión de Andalucía "por hablar como en Madrid".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de febrero de 2000