En relación con el suplemento Educación del pasado día 17 de enero, echo de menos la más mínima mención a la integración de niños con necesidades educativas especiales dentro de las escuelas en el nuevo siglo. No hablo de inmigrantes, sobre los cuales, al fin, la Administración ha admitido su existencia. Hablo de niños con discapacidades físicas, psíquicas y sensoriales, que se encuentran, salvo excepciones, en el limbo de los justos. Es necesario un debate social y educativo abierto y sin hipocresía sobre las necesidades reales que tienen estos niños de un apoyo especializado y especial en su desarrollo personal y educativo. No es hablar de buenas voluntades, sino de derechos esenciales para realizarse como personas independientes.Es urgente que las administraciones apliquen los medios precisos para conseguir su máximo desarrollo. Existe personal cualificado que sale a docenas de las diferentes universidades, con diferentes títulos académicos que les capacitan para contribuir a la integración de estos niños, pero la realidad es que no hay una política por parte de las administraciones que dé recursos para contratarlos.
Por favor, hablen del tema. Vean a las diferentes asociaciones, familias, colegios, administraciones públicas. Los diferentes defensores del ciudadano tienen denuncias admitidas.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de febrero de 2000