Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Editorial:

Programa por entregas

La junta directiva del Partido Popular aprobó ayer el programa electoral presentado por José María Aznar, cuyo contenido detallado, sin embargo, no se hará público hasta el próximo miércoles. Se conocen, mediante un extracto presentado a los medios de comunicación, aspectos del compromiso de la derecha española para los próximos cuatro años: van desde su intención de rebajar los tipos del IRPF o liberalizar el gas y la electricidad hasta reformar la Ley Electoral, pactar una nueva financiación autonómica o modificar la designación del Consejo del Poder Judicial.Al margen de su énfasis en vender la "marca España", Aznar dijo a los responsables de su formación que el documento aprobado es netamente superior al de otros partidos, "que no lo tienen nada claro con los supuestos programas que han dado a conocer", en alusión directa al PSOE e Izquierda Unida. Con independencia de un análisis detallado de la oferta popular cuando ésta se haga pública en su versión completa, cabe destacar la paradoja de un presidente de Gobierno que, entre otras cosas, está basando su precampaña en atacar el programa oculto de la izquierda y esté anticipando el suyo por entregas y en pequeñas dosis.

Hasta ayer mismo, a cuatro semanas de las elecciones legislativas, el PP ha ido presentando con cuentagotas el marco político general de lo que sería eventualmente su nuevo mandato al frente del Gobierno de la nación. Y su jefe se ha venido reservando los anuncios por sorpresa de las propuestas de mayor impacto. Semejante estilo político quizá acrecienta el suspense de los españoles, pero el procedimiento dispensa a los electores un trato infantil, impropio de una democracia adulta.

El PP es, a estas alturas, el único partido relevante que no ha expuesto completamente su oferta electoral. Lo que no le impide criticar el pacto de la izquierda por los tratos de última hora de sus dirigentes o por la existencia de supuestos acuerdos no explicitados. Como partido gobernante, al PP se le supone mejor situado que nadie para disponer de todos los datos de situación para elaborar su oferta electoral. En buena lid, hace ya tiempo que debería haberla hecho pública, en lugar de jugar a este baile de los siete velos. Treinta millones de españoles en edad de votar merecen más respeto.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de febrero de 2000