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10 muertos en un tiroteo entre policías e islamistas en el Kurdistán turco

Diez personas, cinco policías y cinco militantes del grupo islamista Hezbolá, murieron ayer en un enfrentamiento armado ocurrido en Van, en el sureste de Turquía, según informaron los servicios de seguridad en Diyarbakir, la capital del Kurdistán turco. El tiroteo estalló a primera hora de la mañana de ayer cuando la policía rodeó dos casas utilizadas por los miembros de Hezbolá (el Partido de Dios) y conminó a sus ocupantes a que se entregaran. Los islamistas respondieron abriendo fuego. Además de los cinco agentes muertos, otros cinco resultaron heridos. Dos militantes de Hezbolá que escaparon del cerco policial se enfrentaron poco después nuevamente con las fuerzas de seguridad.

El ministro del Interior turco, Saadettin Tantan, calificó como "muy grave" el incidente de Van, uno de los más sangrientos registrados en Turquía en los últimos meses.

Desde hace cerca de un mes, la policía turca ha desplegado una amplia operación contra Hezbolá en todo el país, y ha descubierto en edificios controlados por la organización islamista un total de 56 cadáveres de supuestas víctimas de una guerra sucia. El pasado 17 de enero se produjo un primer enfrentamiento entre los militantes de Hezbolá y los servicios de seguridad en Estambul, en el que murió el jefe de la organización, Huseyin Velioglu, y dos de sus lugartenientes fueron capturados. Desde entonces la policía no ha dejado de localizar cadáveres -en su mayoría de empresarios islamistas y kurdos extorsionados, aunque también de militantes nacionalistas e intelectuales- en los pisos francos del grupo islamista.

El Hezbolá turco, que no guarda relación alguna con el grupo libanés del mismo nombre, surgió a comienzos de los años ochenta en el sureste de Turquía, la región mayoritariamenente habitada por población kurda, en respuesta a la lucha armada de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), de Abdalá Ocalan, y con el aparente apoyo de las autoridades locales.

Precisamente hoy se cumple un año de la captura de Ocalan en Nairobi por un comando de los servicios de espionaje turcos. El PKK ha lanzado una consigna de protesta para exigir la liberación de su líder y ha pedido a sus militantes y simpatizantes que no salgan de casa hasta las 13.00 horas, al tiempo que los comerciantes deberán mantener cerrados sus negocios hasta la misma hora. Ocalan, sentenciado a la pena de muerte, sigue encarcelado en la isla-prisión de Imrali, en el mar de Mármara, desde hace ya un año.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de febrero de 2000