Bill Clinton sigue siendo partidario de la pena de muerte y se opone a aplicar una moratoria a las ejecuciones por delitos federales, según confirmó él mismo en la noche del miércoles. Clinton rechazó la petición del senador demócrata Russ Feingold de seguir el ejemplo del Estado de Illinois y suspender las ejecuciones federales hasta aclarar que no cabe la posibilidad de enviar a inocentes a la cita con el verdugo.Clinton fue preguntado en rueda de prensa sobre su opinión respecto a la decisión de George Ryan, gobernador republicano de Illinois, de suspender todas las ejecuciones en ese Estado tras varios casos en los que análisis de ADN han mostrado que algunos condenados eran inocentes. Clinton respondió: "Creo que el gobernador George Ryan ha hecho bien y ha sido valiente, porque la mayoría del pueblo norteamericano apoya la pena de muerte, como la apoyo yo".
Y añadió: "No creo que la decisión de Ryan deba extenderse a los casos federales". Además de 38 Estados, el Gobierno federal de EE UU también contempla la pena de muerte como máximo castigo. Un total de 21 personas esperan la aplicación de la pena máxima en la penitenciaría federal de Terre Haute (Indiana), entre ellos Timothy McVeigh, el autor del atentado de Oklahoma. Dos tercios de esas 21 personas son negros o hispanos.
Tras dar una de cal con su negativa a declarar una moratoria en las ejecuciones federales, Clinton, fiel a su estilo político, dio una de arena y se declaró "favorablemente dispuesto" a que el Congreso apruebe una ley para garantizar buenas defensas a los acusados de delitos susceptibles de sufrir la pena capital.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de febrero de 2000