Cualquiera que todavía necesite convencerse de que las elecciones generales españolas de marzo son algo más que un asunto local debería mirar lo que se propone hacer la oposición de izquierdas si llega al poder. Los socialistas (...) quieren establecer un impuesto especial a las grandes empresas privatizadas. Y esto es un juego de niños al lado de lo que quieren hacer sus camaradas comunistas. No sólo quieren congelar cualquier futura privatización, sino también revisar todas las hechas hasta ahora. En otras palabras, quien haya comprado acciones de empresas españolas recientemente privatizadas para beneficiarse de una de las pocas economías europeas que están creciendo verá amenazados sus intereses. (...) En una época en la que la izquierda de la mayoría de países ya sabe que la propiedad estatal de la industria se traduce en pérdidas para "el pueblo" y para casi todo el mundo, esto supone un retroceso. (...) La apuesta del 12 de marzo es muy alta. Muchos pensábamos que las ideas de la vieja izquierda, que trajeron miseria sin cuenta a Centroeuropa y la ex Unión Soviética, estaban muertas. Ahora levantan otra vez cabeza en España, un país que ha alcanzado una nueva vitalidad. (...) Parece que España está condenada a ser un campo de pruebas que muestre si una nueva ilustración europea, con un renovado respeto a los derechos de los individuos frente a la depredación del Estado, ha enraizado firmemente. (...) Aznar ha dicho que hay una diferencia significativa entre que un Gobierno liberalice o no lo haga, baje o suba los impuestos y abra o cierre económicamente el país. Así es, efectivamente.Nueva York, 17 de febrero
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de febrero de 2000