Permítame por la presente mostrar mi más sincero y ferviente apoyo a la plataforma ¡Basta ya!, promovida por intelectuales, artistas y políticos del País Vasco. Estoy muy de acuerdo con el señor Savater cuando describe como caradura y sinvergüenza al señor Arzalluz, porque como vasco puro de gran capacidad craneal es perfectamente consciente de que están amargando la vida a muchos vascos que no piensan como él ni aspiran como él a imponer como sea su modelo a los demás.La sospechosa impunidad con la que actúan los violentos y terroristas debiera ser razón más que suficiente para que los que disienten con lo establecido salgan a la calle y ganen pacíficamente en ella el lugar que les corresponde.
Me solivianta la facilidad con la que algunos miran a otro lado y justifican bombas y cañones que ahora no les apuntan. Acaso se olvidan del pasado. ¿No ven que precisamente el problema del País Vasco es la sangre derramada por una minoría iluminada?
¿Será el señor Arzalluz capaz de reconocer que las ideas se discuten y no se imponen; y que no se puede amparar ni un solo segundo a quien no piensa así?-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de febrero de 2000