Sin necesidad de acudir a la Junta Electoral Central, hace tiempo que me embargó la sospecha de que en TVE-1 me estaban, como se dice vulgarmente, "vendiendo la burra". En La 2 no sufría el mismo acoso pero últimamente empiezo a notar algo más de presión. Siento que alguien, ante la proximidad de las elecciones, ha subido el gas (no el natural, por cierto). Lo lamento por el buen hacer del señor Milá y otros muchos programas que se emiten. Créanme, me gusta la pluralidad pero sin mensajes ocultos, dobles lenguajes y mensajes subliminales. No sé si aguantaré de aquí al 12-M sin descodificar también este canal.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de febrero de 2000