Aunque predomine la ideología para votar, hay otros motivos que pueden condicionar el voto, como en el caso de pensionistas, accionistas, ecologistas, que quieren realidades y no promesas. Otro colectivo es el de personas de empleo precario, las viudas y las familias con varios hijos, que están en desventaja social. Muchos votantes miran el aspecto ético, moral o religioso de un partido, como es si defiende el derecho a la vida, o el derecho a la muerte, como el aborto. Es necesaria una unidad entre lo que se dice y lo que se hace. Los pactos tienen que servir para que cada uno sepa a quién da su confianza. No es fiable, ni defiende a sus votantes, el que ofrece "todo gratis", o que se dice "todo vale con tal de...". Sin defender el trabajo, el esfuerzo y los valores ético-cívicos y morales es imposible que progrese una sociedad. -
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de febrero de 2000