Metido en la brega del partido de Copa, contra el Mérida, Redondo observó que el delantero de la cantera Rolando Zárate se desmarcaba siempre de tal manera que buscaba el balón en el pico izquierdo del área extremeña. "Le empecé a pasar a esa zona, porque veía que la buscaba por ahí, y creaba peligro", explicó ayer el medio centro madridista. Contra el Málaga en Liga ya vino el primer gol. El jueves, Zárate recibió dos balones en ese sector. Intentó dos disparos y los dos fueron rechazados por la defensa del Mérida. "Y a la tercera fue la vencida", bromeó ayer. "Recorté hacia la derecha porque soy diestro y así me perfilo mejor. Busqué el segundo palo con comba -siempre con el interior del pie- porque el portero no suele llegar ahí. La comba hace que el balón se aleje de sus manos... y si no va al córner, es gol". El delantero ensaya ese tiro todas las semanas y ya ha metido dos tantos idénticos con el filial, en Segunda B.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de febrero de 2000