John McCain se proclamó ayer el heredero de Ronald Reagan y afirmó que, como el expresidente, es capaz de sumar votos demócratas e independientes a la causa republicana. Todas las encuestas confirman que George Bush tiene más atractivo entre los votantes conservadores, mientras que McCain fascina a los centristas e incluso a algunos progresistas. McCain y Bush se juegan hoy mucho en las primarias republicanas de Carolina del Sur. Una nueva derrota de Bush, tras la de las primarias de New Hampshire, confirmaría a McCain como el mejor candidato republicano a la Casa Blanca.
Algunas encuestas concedían ayer una ligera ventaja a Bush ante los comicios de hoy, pero otras renunciaban a emitir un pronóstico y afirmaban que, antes de la apertura de los colegios electorales, la situación era de empate. Queriendo atraer a las urnas a ciudadanos no identificados con el Partido Republicano, McCain enarboló ayer la bandera de Reagan, que debió sus éxitos en los ochenta a su atractivo entre una amplia franja de demócratas e independientes.
Los datos confirman que esa identificación de McCain con Reagan es correcta. De los cuatro grandes candidatos presidenciales, los demócratas Al Gore y Bill Bradley y los republicanos Bush y McCain, el último es ahora el más popular. McCain le ganaría hoy la batalla final presidencial a Gore por mucho más margen que Bush.
McCain, que en sus mítines exhibe en gruesos caracteres la dirección electrónica de su campaña electoral, ha recibido a través de Internet más de cuatro millones de dólares (unos 660 millones de pesetas) en pequeños donativos electorales desde su triunfo en el en Estado de New Hampshire, a comienzos de este mes.
Inmenso tesoro
Esa muestra de apoyo popular contrasta con el hecho de que Bush ya ha gastado, con pocos resultados electorales de momento, unos 52 millones de dólares (unos 8.500 millones de pesetas) del inmenso tesoro de 70 millones de dólares (más de 11.500 millones de pesetas) que recaudó en 1999.
La posibilidad de que John McCain destrone a Bush, el príncipe de la dinastía política fundada por el presidente de la guerra del Golfo y el candidato favorito del aparato republicano, ha eclipsado en el panorama político estadounidense al duelo entre Gore y Bradley.
Los demócratas no celebran hoy primarias en el Estado de Carolina del Sur, pero el viento sigue soplando a favor de una amplia victoria del actual vicepresidente Gore frente a Bradley en la jornada electoral del supermartes, el próximo 7 de marzo.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de febrero de 2000